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| Cascadas de Oneta Fuente: |
Es en tierras asturianas,
situadas a poco más de media hora de Navia, justo en un pequeño pueblo de la
capital del municipio Villalón denominado Oneta, donde se pueden disfrutar de
unas de las más hermosas vistas de la naturaleza española. Rodeadas de
vegetación frondosa por todas partes se encuentran las cascadas de Oneta.
Para acceder hasta ellas se
recomienda seguir una ruta guiada, otros sin embargo la hacen por sí solos. El
recorrido comienza en el centro del pueblo, a través de un largo camino ancho y
llano se puede disfrutar de las enormes vistas verdes entre montañas
asturianas. A tu derecha el río cuyo cauce empieza a estrecharse a medida que
avanzas por la senda, poco a poco las formaciones rocosas empiezan a aumentar hasta
ver pequeños pozos alrededor, entre ellos uno de los más famosos denominado
pozo del Diablo por su gran profundidad y peligrosidad.
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| La Firbia Fuente: Lucía Poyo Vallina |
La primera cascada con la que nos
encontramos es la que tiene mayor fama y la más alta, la denominada Firbia de
unos 15 metros
aproximadamente que causa un inmenso ruido al desprenderse el agua por las
alturas hasta chocar contra las enormes rocas, más adelante está la Ulloa de
menos verticalidad y por último la Maseirúa, la más pequeña de todas y de mayor
dificultad de acceso. Firbia es la cascada de Oneta por excelencia, ésta vierte
sus aguas a una gran poza con agua cristalina rodeada de frondosa vegetación
por todas partes, robles, abedules y castaños y en su margen derecho se
encuentra un canal que en la antigüedad abastecía a varios molinos.
Es en verano cuando estos caminos
se llenan de turistas. El recorrido por carretera se puede iniciar igual en
Luarca, que en Tineo, Pola de Allande o Navia. Son varios los que recomiendan
la ruta que parte de Navia, cogiendo la carretera comarcal AS-25, de Navia a
Villayón, de dieciocho kilómetros, siguiendo aguas arriba el río Navia y
pasando como a la mitad del trayecto por el embalse y pueblo de Arbón.
Un lugar maravilloso para
alejarse de la ruidosa ciudad por unas horas y disfrutar del olor a vida verde
que te transportará a un nuevo paraíso.
Lucía Poyo Vallina
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