Italia, un
país conocido por haber sido el centro del Imperio Romano como por su
gastronomía o su arte. ¿Os gustaría viajar allí? ¿Y qué os parecería si lo
hiciésemos en caravana?
Lo primero
para nuestro viaje es tener la maleta hecha, coger dinero, un mapa y nuestro
gran vehículo de cuatro ruedas; no os preocupéis por los campings porque están
muy bien de precios y equipados. En mi caso el viaje empezó en Bilbao y nos
trazamos la ruta del sur de Francia porque nos dijeron que no nos
arrepentiríamos de las vistas y no se equivocaron. Salimos al mediodía de la
capital vizcaína dirección Francia, sin saber todavía donde pasaríamos la
noche.
Cuando se
nos hacía de noche, íbamos pensando donde parar a dormir y vimos una señal que
indicaba que a pocos kilómetros había un camping en la ciudad de Lourdes
(Francia). Esta localidad tenía su encanto, pensaréis que por la noche poco pudimos
ver, pero no fue así. Nada más entrar la ciudad estaba iluminada por todas
partes, pero tenía algo especial, algo mágico; me dio mucha pena no poder
callejear por Lourdes.
A la mañana
siguiente ya estábamos en la carretera a las 6:30. Rumbo a Italia, Siena en
particular. Las vistas de la Costa azul eran alucinantes,
nunca había visto el agua tan limpia, tan azul… Pero nos dijeron que no paráramos
porque debía de haber muchos robos a caravanas. Esta ruta alberga localidades
de referencia como Montecarlo, en el Principado de Mónaco, Saint
Tropez y Cannes.
Piazza di Campo, Siena |
Al final de
la tarde, sobre las 8 o así, llegamos a Siena, conocida por el Palio. El Palio
de Siena es una carrera de caballos que enfrenta a los distritos de
la ciudad. La competición es de origen medieval y se desarrolla dos veces
al año: el 2 de julio se corre el Palio di Provenzano, en honor
a la Virgen de Provenzano, y el 16 de agosto el Palio dell'Assunta, en honor de la Asunción de la Virgen. La
carrera tiene lugar en la céntrica Piazza del Campo, una plaza que sale en
películas como la de Cartas a Julieta, cuando
los protagonistas están tomándose un helado.
Ponte Vecchio, Florencia |
He ido a
Italia tres veces, los dos primeros viajes con la familia y el último con el instituto, incluyendo
más lugares como Venecia, Roma y Pisa que ya os contaré otro día. Quizás me
adelante a decir esto porque no conozco todo el país, pero de todas las veces
sigo eligiendo a Florencia como favorita. Es la capital y ciudad más poblada de la región
de la Toscana, estaba dominada por los Medici, una familia muy poderosa que
sobresalió por ser mecenas, patrocinando a los artistas y científicos de
su época.
Su centro
histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad y en él destacan
obras medievales y renacentistas como el Duomo de Santa María del Fiore,
el Ponte Vecchio, la Basílica de Santa Cruz, el Palazzo Vecchio y
museos como los Uffizi, el Bargello o la Galería de la
Academia, que acoge al David de Miguel Ángel. De todo Florencia me
quedo con el Ponte Vecchio sin duda, un atardecer paseando por ahí no tiene
palabras para expresarse.
Otro lugar
que visité pero solo durante el día fue Milán, conocida mundialmente como "la
ciudad del glamour". Las calles por las que paseé aglutinaban tiendas
de lujo y grandes firmas comerciales. Aunque no pude visitar muchos monumentos
os sugirió que estéis por lo menos un fin de semana en Milán para poder
disfrutarla.
Una pequeña
parada fue en Mónaco, pero no os puedo contar mucho de ahí porque no nos
dejaron entrar con la caravana. Advertencia: intenta aparcarla fuera si quieres
entrar.
Para finalizar
el viaje la última parada fue en el Golfo de Rosas, pero ese ya es dentro de
nuestro país. Me sorprendió la cantidad de barcos y casas de lujo, también de
lo poco que pudimos entender las cosas por estar en lengua catalana, pero aún así
es un sitio que debéis estar por lo menos una vez.
Fuentes: yo, fotos tomadas por mí
Fuentes: yo, fotos tomadas por mí
Uxue López Jauregui
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